En un primer momento, esta habilidad era considerada como una de las ocho recomendaciones para el aprendizaje, pero con la LOE (2006), el Tratamiento de la Información y la Competencia Digital, pasa a ser considerada como una competencia básica e imprescindible para acabar la educación obligatoria. Esta competencia consiste en la utilización de las tecnologías de la información y la comunicación como elemento esencial para informarse, aprender y comunicarse, esto incluye ser una persona autónoma, eficaz, responsable, crítica y reflexiva.
La competencia digital es cada vez más importante, es por
eso que la educación debe adaptarse para dar a los estudiantes las competencias y habilidades necesarias. La integración
de las TICs en las aulas aporta grandes ventajas, gracias a sus infinitas
y diferentes funciones. En los procesos de enseñanza y aprendizaje, las TICs
pueden adoptar distintas funcionalidades (informativa, motivadora,
investigadora, expresiva, metalingüística…), pero a pesar de sus ventajas,
también se dan algunos inconvenientes, como nos detalla el texto.
Tanta diversidad de
utilidades posibilita la integración de las TICs no sólo en las aulas, sino también en
la educación, y dependiendo de su adecuada utilización, tanto por parte del profesorado
como del alumnado, podremos obtener resultados satisfactorios y unos contenidos educativos más dinámicos y atractivos. Actualmente es necesario que los profesores también
tengan cierta competencia digital,
enfocada a la enseñanza, pero dicha competencia debe transmitirse no sólo a los
docentes, sino también a directores y padres.
Pero para que la integración de las TIC sea adecuada y
duradera es necesaria una buena coordinación técnico-pedagógica y un buen
servicio de mantenimiento de las TICs. Como futuros docentes, dado que hoy en día la
alfabetización digital es fundamental en esta sociedad y es una de las
competencias básicas de la enseñanza, debemos desarrollar el buen hábito de las
TICs en las aulas y fomentar y promover las destrezas y habilidades
relacionadas con la competencia digital. En definitiva, si queremos llegar a ser buenos
maestros, pero también buenos
educadores, tenemos que ayudar a los alumnos a manejar las tecnologías,
implicando a los padres y demás profesores y debemos adaptarnos a las nuevas
tecnologías para conseguir que los alumnos dominen las habilidades necesarias
para asegurar su desarrollo en la sociedad.